LAS CARTAS DEL JUEGO

Son algunos los detalles que se omiten, es la razón personal que influye en este proceso: el olvido, el quemimportismo. 
No existe la necesidad de dar a conocer aquello que ya se ha transformado en algo fuera de tu perspectiva, en algo que no está allí más.

En cuanto las cartas yacen puestas sobre una superficie, tu atención es miope y empiezas a fantasiar en el juego; por lo tanto no te percatas de que aquellos detalles si pueden ser tomados en cuenta, aunque para ti; No hay razón que influya en el proceso. 

Con auténtica ingenuidad, quemimportismo exagerado continuas esperando que con el tiempo la superficie dónde yacen tus cartas sea estable y continuas con la fantasía del juego, manipulandolo en función a tu favor y es que tu razón solo atiende a la necesidad de cazar emociones, las emociones que alguna vez olvidaste en algún sitio o en alguna etapa que presentemente con asentuado arrebato e interes deseas remembrar a costa de una razón que pasa a estar influenciada por una vaga fantasía. 

Y así es como... 
La razón influye, influye siempre en el juego social de la vida. 
Y sabes lo divertido que no es, jugar al solitario.

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